Empieza la nueva era: México vs Perú
Los nombres son los mismos; la idea es lo que cambia. Y es lo que cualquier DT con dos dedos de frente haría, teniendo en cuenta que recibe un equipo que se conoce hace siete años, con un Mundial encima, un subcampeonato de Copa América y, por su puesto, que no solo conoce de victorias, sino también de fracasos, como el último repechaje frente a Australia, indispensable, afirman los espacialistas, para conocer las dos caras de la moneda y saber cómo enfrentarlas.
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Perfiles, controles, pases y cambio de ritmo es lo que pregona Reynoso en sus entrenamientos. Quiere que Perú no solo sea valorado por la técnica, la gambeta o el engaño, sino también por la dinámica de juego. Decía Manotti, nadie es más rápido que la pelota, una verdad absoluta que parece ser el credo de este nuevo comando técnico a diferencia de lo que pregonaba Gareca, una asociación más calmada a la espera de un espacio.
Los nuevos
Perú se ha mantenido como una orquesta afinada durante estos últimos ocho años, siendo una montaña rusa de rendimiento, a veces arriba, otras abajo, con caídas y subidas muy marcadas y siempre conviviendo con el miedo que genera la incertidumbre del objetivo: ganar, siendo esquivo durante 36 años a nivel de selección.
En ese sentido, a mí, particularmente, me gustaría ver a los nuevos, Reyna y Quispe jugando con Cueva, Carrillo, Tapia, Lapadula y los mejores, porque claramente no es lo mismo hacerlo en esta orquesta afinada que con otro totalmente distinto -contra El Salvador, por ejemplo-.
A los buenos, si lo son, hay que verlos con los mejores, con la máquina aceitada que es Perú, con los que hace ocho años juegan en un equipo titular que ha cambiado poco, independientemente de que tengan que rendir en este o cualquier otra alineación porque ya son seleccionados nacionales.
