La magia de Lorenzo para la campaña de Melgar


Por: Horacio Zimmermann.

Lima, 26 de julio de 2022


Cómo ha cambiado el tiempo. Antes, los CVs de entrenadores llegaban impresos a las oficinas de los clubes. Montañas de papeles sobre el escritorio para escoger uno. Sabe Dios cuántas buenas opciones fueron descartadas por no tener el tiempo ni la paciencia de revisar todos. De hecho, así fue como se dejó de lado el del Tata Martino en Alianza, algunas décadas atrás, cuando recién empezaba su carrera como entrenador. En fin. Con el tiempo, estos fueron a parar a la bandeja de entrada del correo electrónico, facilitando la lectura y agilizando el proceso de análisis de las propuestas. Borrar era mucho más fácil. Con un solo clic, decías adiós a quien no querías. Ahora, en esta época, los CVs llegan en PDF y por WhatApp. Y el de Melgar tenía miles, incluso el de un técnico que había sido campeón con Boca.

Era un setiembre difícil en Arequipa. Carlos Bustos acababa de ser destituido de la dirección técnica por malos resultados y la clasificación del equipo a la Copa Sudamericana peligraba. Cuando el ahora DT de Alianza Lima dejó el cargo, Melgar marchaba en la duodécima posición en la tabla acumulada, a cuatro de alcanzar el torneo internacional. Mientras tanto, el WhatsApp no dejaba de sonar. Las notificaciones desbordaban los teléfonos de Melgar y Marco Valencia, jefe del fútbol de menores del club, tomana las riendas del primer equipo como DT interino. Al final, cerró el 2020 cumpliendo el objetivo: metió tres victorias en los últimos tres partidos y clasificó a la Sudamericana.

Valencia, sin embargo, sabía que lo suyo era pasajero. El interés del club era que Marco siga como jefe de menores y que los resultados del primer equipo no desenfoquen el camino que le había planteado desde el principio: formar jugadores. Mientras tanto, el WhatsApp seguía sonando. Y no fue hasta dos semanas más tarde tras la destitución de Bustos que llegó un CV con el nombre de Néstor Lorenzo, aquel intrépido defensor argentino que había perdido la final del Mundial del 90 contra Alemania siendo titular. Llamó la atención porque más allá de su carrera como futbolista -jugó en Inglaterra, Italia y Boca-, había acompañado a José Néstor Pekerman en procesos exitosos como en la Sub 20 de Argentina y en la Selección Colombia.

El problema era que Lorenzo tenía algunas trabas. Y no eran menores. La primera era que no cumplía con el requisito inicial que se había planteado el club: contratar a un DT que conozca la idiosincrasia del fútbol peruano. Los viajes, las canchas, la altura, etc. La segunda, y la tercera, Lorenzo no tenía ninguna experiencia como entrenador principal y, para colmo, no tenía comando técnico. No tenía comando técnico. No obstante, todo lo anterior, la experiencia y el éxito al lado de Pekerman, acompañándolo durante 17 años, pesó para buscar una primera reunión. Fue por Zoom porque eran, todavía, épocas duras por la pandemia. La primera entrevista fue tan fructífera que terminaron siendo cinco reuniones virtuales en las que Lorenzo terminó de armar su cuerpo de trabajo. Ya tenía comando técnico y sus pensamientos eran similares a los del club en relación estilo, los juveniles y la metodología.

El primero en sumarse al cuerpo técnico fue el preparador físico Leandro Jorge, que había trabajado hace décadas junto a Miguel Company en Sport Boys. Jorge sumó a Fernando Alloco, exjugador rosado y de la U, que ya estaba retirado y a quien conocía por haber dirigido en Boca Unidos. Con ambos, Melgar cambió de opinión respecto a que el DT tenía que conocer el fútbol peruano debido a que dos de sus asistentes tenían pasado en nuestro país. A estos dos se sumó Alejandro Otamendi, conocido de Lorenzo, como preparador de arqueros. Más adelante, llegaría Valentino Dressino como segundo preparador físico, quien había trabajado con Franco Navarro en Municipal, pero se había quedado sin trabajo tras la partida del Pepón. Después de un año y medio de trabajo, este comando técnico, que se formó de la noche a la mañana, en reuniones virtuales de zoom, se fue completito a trabajar en la Selección Colombia. Quién lo diría. Con la tarea de refundar el equipo y devolverlo al Mundial. Fue una apuesta riesgosa, sí. La inexperiencia de Lorenzo era una duda sin resolver. Entre mil candidatos, no cualquiera lo hubiera elegido. Hoy es el primero para muchos. Mientras tanto, Melgar pelea ahora con Lavallén la chance de meterse en semifinales de la Sudamericana. Está en cuartos y enfrentará a Inter de Porto Alegre. Así fue como dejó este comando técnico a Melgar. En la cúspide de Sudamérica y con un título del Apertura.

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